Entre las muestras de la cultura pecuaria o ganadera, en rápida vía de desaparición, se hallan las arquitecturas de chozos de pastores y recintos destinados a la guarda de ganado, –apriscos, rediles, cochiqueras, zahúrdas...– o de uso temporal en circunstancias especiales: cuarentenas, parideras. En muchas de estas arquitecturas populares perviven arcaicas características constructivas, a veces con reutilizaciones de materiales de antiguas construcciones, y métodos y materiales que hunden sus raíces en la prehistoria.
Fotos: Chema Mancebo
El conjunto de las zahúrdas de La Cancha está constituido por dos construcciones casi perpendiculares, en cuidada orientación N—S la mayor. Ambas quedan unidas por un cercón circular que cobija un árbol –Pinus pinaster– en su interior. Con planta rectangular, cada zahurda está formada por una sólida galería coronada de una falsa bóveda construida por aproximación de hiladas, formando un techado que conforma una sección de interior trapezoidal. La cobertura del techo está realizada con grandes rocas almohadilladas y no faltan ortostatos o lajas graníticas bien escuadrados. Los muros, construidos con aparejo de abundante granito local, alcanzan el metro de espesor. Restos de pellas secas de barro con improntas vegetales indican que el techo, para impermeabilizar y refrescar el interior, estuvo originariamente cubierto por barro y ramas. El suelo se halla rebajado respecto al exterior conformando una cámara útil interior de 350 x 160 x 160 cm en el mayor de ellos. Las dimensiones externas son de 650 x 350 x 110 cm y la menor alcanza los 335 cm de longitud, aunque originariamente tuvo hasta un metro y medio más, pues algunas piedras de la cabecera fueron afectadas por los aterrazamientos del terreno para la repoblación del monte. En la pared de fondo se ha practicado una abertura adintelada que posibilitaría el paso entre el cercado y el interior, que se cerraba con un bolo circular que permitía así su movilidad. Al menos otro hueco, probablemente de limpieza, se localiza en el cercado.
Sección transversal media (izquierda) y paredes de cierre (derecha).
El recinto central está construido con muros de cerca ganadera, de grosor semejante, pero con piedras de menor tamaño, lo que parece indicar su posterior construcción, con un carácter meramente utilitario. Alcanza un diámetro de 575 cm, el necesario para cerrar, en perimetría de tendencia circular, el arco de las dos construcciones.
Alzado pared oeste.
El árbol del interior es un ejemplar relativamente joven de pino resinero –Pinus pinaster–. En construcciones semejantes –zahúrdas de Montehermoso, Cáceres, con corroboradas reutilizaciones de materiales constructivos dolménicos...– se documenta la utilización de un árbol central –encina y roble comúnmente– que proporciona sombra y alimento al ganado.
Planimetría.
Llama la atención el gran aparato y esfuerzo constructivo, la calidad del trabajo de algunas de las piedras conservadas y la gran cantidad de materiales para su escaso uso útil interior. La construcción supera en mucho las necesidades constructivas de una cerca ganadera y obedece a otras motivaciones. Su posterior vaciamiento, aunque hubo que efectuar un rebaje en su interior para acrecentar el espacio, permitió su adaptación funcional al uso ganadero, con la apertura del hueco posterior y la construcción, con materiales más livianos, del cercón que unifica las dos construcciones.
En una de las piedras de la cubierta se observa una cazoleta. Estas son frecuentes en los alrededores, producidas en el granito de manera natural por acción del agua. Trabajadas por el hombre, constituyen un símbolo religioso y solar, asociados principalmente a la Edad del Bronce. En el Canto de la Bola, en la carretera de Casillas, podemos contemplar éstas formaciones asociadas a pocetas, y es éste un buen mirador natural, no habilitado, desde donde contemplar el conjunto y su entorno.
Cazoletas del entorno.
Llamamos megalitismo a una serie de construcciones realizadas con grandes piedras que se desarrolla en toda Europa desde el Neolítico final y el Calcolítico y que se prolongarán hasta la Edad del Bronce, aproximadamente desde el año cuatro mil hasta el mil a.c. Un dolmen, originariamente, es un enterramiento colectivo constituido por una serie de bloques pétreos -ortostatos-. El enterramiento se realiza junto a una serie de pertenencias del difunto o ajuar. Es una edificación polimorfa con múltiples variantes. El sepulcro de galería es un tipo simple de dolmen. Se diferencian de los dólmenes por constar de una única galería con la ausencia de cámara ensanchada. Los dólmenes más cercanos –Bernuy Salinero en Avila, Azután en Toledo, el Guadalperal en Cáceres–, responden a una tipología más compleja, con cámara, corredor muy desarrollado y anillos perimetrales de piedra. Todos ellos, en principio, se hallaban cubiertos por un túmulo de tierra, a semejanza de una cueva artificial. Tienen además un significado de afirmación de la propiedad de los territorios del grupo, asociados a una economía pecuaria y agrícola. Constituirían, en una época en que la modalidad del grupo es importante, un título de propiedad: estos son mis territorios y, para demostrarlo, aquí se hallan mis antepasados.
Podemos calificar el conjunto como una arquitectura tradicional de fuerte sabor megalítico, cuyos primeros constructores reutilizaron probablemente restos originales de una estructura de galería tardoneolítica, tipología constructiva que se ha renovado hasta nuestros días. La existencia o no de anillo perimetral y pervivencia de materiales arqueológicos sólo pueden ser corroborados con una intervención arqueológica.
Texto y gráficos: Paco Ramos (framos@olmo.pntic.mec.es.)
Localización de las zahúrdas de La Cancha.
La palabra "zahúrda" (pocilga) es de origen incierto. Se barajan estas posibilidades: Podría tener relación de revolcarse en el lodo y venir de un *zahurgar (sub- + hurgar) o zahondar (sub- + hondo -ar). Podría tener un origen germánico, de Sau (cerda, chancha, marrana) y Hürde (cercado).